Ayudarte más, neta no puedo...

Siempre he tenido y profesado como mi credo personal "hacer el bien sin mirar a quién", "ayudar a alguien a mejorar su día" y "si en mis manos está, creéme que haré todo lo que pueda para cambiarlo"... coff coff, entre otros porque, la vdd es que tengo muchos jaja.


El crecimiento personal como su nombre lo dice, es de uno y para uno.

Lo que terminé de entender desde que me independicé -osea que me fui de casa, porque independiente ma'omeno' siempre he sido- es que "nadie va a venir a hacerlo por tí" y que cada día representa una oportunidad.
Pido disculpas a quien en algún momento de este trayecto que llamamos vida le cargué la mano con mis problemas existenciales.
Las personas aparecen en tu vida por una razón, ya sea para ser tus ángeles o tus demonios, tu cuerda o o yunque, tu opuesto o tu espejo. De todos aprendes, y necesitas...
Y sí, ahora me ha tocado ser la persona que huye de otra, no por que yo sea mala, sino por que ella es demasiado negativa.
 Nunca me había topado -nunca digas nunca- con alguien tan piedra, tan pared, tan ciego y tan sordo.
Tan dependiente y demandante...
Cuando llegó a vivir con nosotras, agradecí por supuesto por que por fin llegaba alguien para compartir experiencias y desahogar sentimientos.
Estos días he llegado al justo opuesto, pero hoy he descubierto que, llegó a mi vida no para ser alguien de quién aprender o ayudar, sino para aprender algo de mí misma: lo que no quiero llegar a ser y justo lo que no soy.
Hoy agradezco tener este ejemplo negativo, pues me doy cuenta que tengo recursos más desarrollados de los que pensaba.
Que si sabía que había crecido, ahora me doy cuenta de cuánto y de que, si en algún momento no veo luz, siempre intento -y logro- encontrarla.
Y claro, estar más que feliz por tener a gente hermosa en mi vida.

Las personas que no quieren ser ayudadas pero que te exigen esto mismo son un asco, pero te enseñan algo.
Ahora lidio con un tipo de egoísmo y egocentrismo tales que sólo pueden ser símiles a la inmadurez que sirve para comprender, pero no para justificar las acciones.
No he llorado en todo lo que llevo de estancia, y si lo confieso, me sentía culpable por que pensaba que "no me lo permitía o que jugaba a ser fuerte", pero ahora me doy cuenta que soy precisamente ésto último.
¡qué cosas!
yo soy culpígena y llorona por naturaleza; siempre prefiero pensar que soy yo la causa o la solución en vez de culpar a otro por cualquier desgracia... así que me pregunto y quisiera decirle -GRITARLE-:
¿Cómo hacerte entender que no se trata de las otras personas sino de tí?

¿Cómo poder lidiar con alguien a quien se le dicen cosas buenas
y lo único que escucha es fuego y ardor? Como si las palabras, cualquiera, fueran cuchillos...
Ya me había topado con alguien así en diciembre, que pese a ser alguien que conozco de casi toda la vida, decidí dejarle por esto último.

Una cosa es ayudar y otra cosa que esto mismo se convierta en obligación.
Una cosa es comprender y otra muy distinta el fingirlo.
Una cosa es el necesitar compañía y otra que esperes que la gente detenga todo por servirte.

No no no, estamos mal.
A mis 28 años no dejo de pensar en que yo no era así a los 22.
...de todo uno aprende Aimeé, de todo... 
-lo que me repito cada que grita, se enfada, llora y exige-

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