let's go back...

buuuu ni hablar, pasa a casi todas las personas...
¿porqué el regresar de vacaciones puede ser tan desagradable?
o tan estresante que empiezan a dolerte ciertas partes de cuerpo y el estómago pareciera lavadora en centrifugado...
pffff
lo único cierto es que el regresar me provoca el querer dar media vuelta y huir (espera, acaso es TAN malo?) - más vale dejar las interrupciones dialogales con mi yo interno -
lo que sí me he propuesto es
bahh!
a quién quiero engañar.
hace rato tuve un arranque impulsivo fantasioso, el cual no está nada sacado de la realidad.
aún teniendo poco dinero ahorrado, sé que podría irme a vivir a otro lado y start over... sé de personas felices de tenerme, aún así, ¿sería un gran riesgo ir en busca de una vida propia, propia, propia? -digo, ya sabes, obvio todos tenemos una vida propia deeeaaah pero a lo que me refiero es irte y dejar la comodidad, lo conocido, lo "seguro" por un cambio de escenario-
muchos dirán hell, acaso sabes lo que estás pidiendo?
sin embargo me siento como una persona chiquita últimamente y no
no por capacidad
u oportunidad,
es sólo simplemente que siempre "quiero huir" y lo que no "veo" es que me la paso huyendo constantemente de todo, de todos y de mí misma.
llego a ser tan consistentemente inconscistente que termino por aburrirme fácilmente de mis objetivos y me salgo por la vía cómoda y segura y ya, tan alegre como siempre.
¿valdrá la pena arriesgar y no hacerme caso por una -o unas- vez en la vida?
al menos lo primero que tengo es una fecha límite, como esas de caducidad que vienen en las latas de sopa mmmm!
conmigo en vez de decir: consúmase antes de: diría "preferible antes de:"
so?

-damn, acabo de darme cuenta que estoy divagando-

como soy una humana que estudió una carrera social humanísitica me remito a pensar y concluir que parte de este escrito -en su mayoría catártico- es sólo parte del resultado de una crisis y una mera forma de pasar el rato, el cual debiera de dedicar a mis asuntos laborales, justificando mi falta de atención y expresión enferma e irremediablemente fatalista a la cual he recurrido para decir que no quiero volver a clases o levantarme temprano.

fin